México.- La ausencia de Luis Enrique Guzmán, hijo menor de Silvia Pinal, en el homenaje póstumo a su madre en el Palacio de Bellas Artes generó controversia y especulaciones en redes sociales. Mientras sus hermanas Sylvia Pasquel y Alejandra Guzmán, así como su sobrina Michelle Salas, se presentaron para despedir a la última diva del cine de oro mexicano, Luis Enrique optó por no asistir al evento público.
Según Iván Cochegrus, amigo cercano de la familia, la decisión de Luis Enrique no estuvo motivada por desinterés ni por los rumores de abuso de alcohol que circularon. En declaraciones a programas de televisión, explicó que el hijo menor de Silvia Pinal prefirió vivir su duelo en la intimidad, al considerar que el homenaje tenía un enfoque artístico que no correspondía a su vida fuera del medio público.
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“Es un muchacho inteligente y respetuoso de sus emociones. Él no quiso exponerse en un momento tan delicado. Sus hermanas tienen un perfil público, pero él decidió manejar este dolor desde su espacio personal. Hay que respetar su sentir”, expresó Cochegrus en Venga la Alegría.
Luis Enrique Guzmán asumió un papel destacado en la despedida privada de su madre. Según el productor, fue él quien recibió las cenizas de la actriz en la mansión de Jardines del Pedregal, donde Silvia Pinal vivió por más de seis décadas. En un momento especialmente conmovedor, Luis Enrique abrazó la prótesis de titanio que formó parte de la vida de su madre tras una operación de cadera.
Las cenizas de la legendaria actriz fueron colocadas en un nicho dentro de una gruta ubicada en la casa familiar, un espacio adornado con flores y que resguarda la Palma de Oro que Silvia Pinal recibió en 1961 por su actuación en Viridiana, de Luis Buñuel. Aún no se confirma si este será su lugar de descanso definitivo o si sus restos serán trasladados a la cripta familiar en el Panteón Jardín, donde yacen Viridiana Alatriste y Gustavo Alatriste.
La decisión de Luis Enrique de no participar en el evento público refuerza su intención de mantenerse alejado del escrutinio mediático, enfrentando su duelo lejos de los reflectores.
