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México

¡Naufragó la humildad! Rescatan a Jefe de Prensa de Ahome tras paseo etílico en Topolobampo

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Foto: Opinia

Topolobampo fue testigo este domingo de algo más que olas y sol: también presenció el naufragio de la prudencia, el sentido común… y de una embarcación tripulada bajo los efectos del alcohol de uno de los alfiles más cercanos al alcalde interino de Ahome, quien se encarga de comunicar todoooos los logros que está haciendo esta administración bajo el timón de Antonio “Toño” Menéndez.

El protagonista de esta hazaña marítima fue nada menos que Oscar Alatorre Beltrán, flamante coordinador de Comunicación Social del Ayuntamiento de Ahome, quien, junto a algunos acompañantes, fue rescatado milagrosamente ileso por personal de Protección Civil. ¡Qué suerte que ser funcionario público también viene con servicio de salvavidas incluido! y vaya que salvavidas, no cualquiera puede utilizar y dejar en ridículo al alcalde de esta forma.

La lancha en la que viajaban, y que terminó bajo el agua en la bahía de Topolobampo, habría estado realizando maniobras “poco ortodoxas”, según testigos, porque claro, ¿quién necesita sentido de responsabilidad cuando se tiene cargo y palancas?

Tras el accidentado “paseo recreativo”, el funcionario no perdió tiempo en mostrarse tal como es: intimidando y amenazando a ciudadanos que tuvieron la osadía de documentar el hecho (quien no quiere un funcionario así en su gabinete), porque en la Ahome del presidente interino Antonio Menéndez de Llano Bermúdez, al parecer grabar a un servidor público en apuros es más grave que el propio abuso de poder.

Mientras los testigos aseguran que el naufragio fue causado por el consumo excesivo de alcohol, el director de Comunicación Social prefirió montar su propio show: gritos, insultos y advertencias al por mayor, nada dice “soy funcionario ejemplar” como amenazar a quien te filma mientras flotas entre la inconsciencia y el ridículo.

Por fortuna, Protección Civil actuó con rapidez y profesionalismo, rescatando a los tripulantes sin lesiones, lástima que no pudieron rescatar también un poco de cordura, humildad y conciencia.

Una lancha, algunas botellas, mucho ego y cero consecuencias: la combinación perfecta para un domingo de desastre flotante. En el mar de Topolobampo no solo naufragó una embarcación, también se hundió –una vez más– la línea que separa el poder de la impunidad. Porque cuando se mezcla alcohol con el blindaje de un cargo público, el resultado es predecible: exceso, arrogancia y la certeza de que no habrá rendición de cuentas. Y como el protagonista es nada menos que el coordinador de Comunicación Social, no se sorprenda si en los medios aparecen “otros datos”, cuidadosamente maquillados, porque en Ahome hasta la verdad debe pasar por edición de prensa.

Eso sí, nos queda claro que en Ahome, los naufragios no solo ocurren en el mar… también en la ética.

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