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Internacional

Enjuician a sujeto que permitió que mas de 80 hombres abusaran de su esposa

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Internacional.- El juicio de Dominique Pélicot y otros 50 hombres por violación agravada está captando la atención internacional debido a la gravedad y extensión de los abusos cometidos durante casi una década. La víctima, Gisèle Pélicot, testificó ante un tribunal de Avignon, relatando cómo fue drogada por su entonces esposo, Dominique, y violada en repetidas ocasiones por desconocidos mientras estaba inconsciente. Este proceso es el más grande relacionado con sumisión química en la historia judicial del país.

El caso se destapó en 2020 cuando Dominique fue sorprendido filmando bajo las faldas de varias mujeres en un supermercado. La investigación reveló que, desde 2011, él había estado drogando a su esposa con ansiolíticos para que otros hombres la violaran. Los abusos ocurrieron en su domicilio en Mazán, una pequeña localidad de Provenza, donde vivían con sus tres hijos. Según las pruebas recabadas por la policía, Dominique grababa las agresiones y almacenaba miles de imágenes y videos en una carpeta en su computadora, titulada “Abusos”. 

Gisèle Pélicot declaró que, aunque pensaba que su matrimonio era sólido, su mundo se desmoronó al enterarse de la verdad. “Para mí, todo se viene abajo”, dijo ante los jueces, describiendo las escenas de violación como “barbarie”. Expresó que ya no reconoce su vida tras descubrir lo que su esposo había estado haciendo a sus espaldas. La mujer ha sufrido consecuencias psicológicas profundas, afirmando que ya no tiene identidad y que no sabe si podrá reconstruir su vida. Además, indicó que este juicio, que ella misma solicitó que fuese público, busca visibilizar los crímenes sexuales y evitar que otras mujeres pasen por experiencias similares.

El modus operandi de Dominique era metódico. Utilizaba una página web llamada “Sin su consentimiento” para contactar a los hombres que participaban en las violaciones. Las reglas eran claras: los agresores no podían hablar en voz alta, debían quitarse la ropa en la cocina y evitar usar perfume o tabaco. En algunos casos, tenían que esperar hasta una hora y media para que los somníferos surtieran efecto en Gisèle y la dejaran completamente inconsciente. La frecuencia de estos crímenes es alarmante, pues Dominique invitaba a hombres hasta cinco veces por semana. De los 83 hombres involucrados, 50 están siendo juzgados actualmente, mientras que los otros 33 aún no han sido identificados.

El juicio se extenderá hasta diciembre de 2024, y durante este tiempo se espera que comparezcan ante el tribunal numerosos testigos, incluidos psicólogos, psiquiatras y expertos en informática. Los 50 acusados tienen edades comprendidas entre los 22 y 70 años y proceden en su mayoría de la región donde ocurrieron los hechos. Muchos de ellos no tenían antecedentes penales y niegan las acusaciones, afirmando que fueron manipulados por Pélicot. Algunos llegaron a justificar sus acciones, argumentando que Dominique les aseguró que su esposa estaba de acuerdo, una afirmación que los expertos han desmentido. El estado de inconsciencia de la víctima, cercana al coma, no podía confundirse con el sueño normal, según indicaron los informes forenses.

Este caso no solo ha conmocionado a Francia, sino que también ha reabierto otros procesos judiciales. Las muestras de ADN tomadas a Dominique Pélicot en el momento de su arresto lo vincularon con el asesinato de Sophie Narme, una joven de 23 años que fue violada y asesinada en 1991. También está acusado de un intento de violación a otra mujer en 1999. Además, se descubrió que Pélicot había filmado a sus nueras sin su consentimiento y había distribuido las imágenes en internet.

Gisèle Pélicot, quien ha decidido enfrentar este proceso con valentía, ha dejado claro que la vergüenza debe cambiar de bando. Su testimonio y el juicio público representan una lucha por la justicia no solo para ella, sino para todas las mujeres que han sido víctimas de crímenes sexuales.

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