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Baja California

Senadoras en fuga: la nueva estrategia del “sí me dan, sí quiero”

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Foto: Opinia

Hay algo profundamente poético en cómo el Senado de la República se ha convertido en la antesala del oportunismo electoral y es que no se necesita lupa ni analista de alto calibre para notar el fenómeno: Julieta Ramírez, Imelda Castro y Lorenia Valles, todas senadoras de MORENA, han descubierto que el escaño es más útil como catapulta que como trinchera legislativa, ¿Para qué desgastarse redactando leyes si es más rentable aparecer en encuestas a modo y videos con filtro?

Las cifras hablan: la Julietona lidera cómodamente en Baja California con 36%, Castro aplasta en Sinaloa con 39.2% y Valles se perfila en Sonora con 28.8%, qué coincidencia tan encantadora que justo cuando comienza la temporada electoral, sus nombres brotan en todas las encuestas como hongos después de la lluvia, ¿Casualidad? Claro. Igual de casual que los “levantamientos” de 1000 llamadas telefónicas que mágicamente reflejan el sentir popular… o el presupuesto bien invertido.

Porque sí, lo que tienen en común estas senadoras no es solo la camiseta guinda ni el entusiasmo por el “proyecto de nación”, sino una obsesiva necesidad de aparecer. Instagram para los chavos, Facebook para la tía y los reels para los despistados, eso sin contar la infalible táctica de la “X” y sus mensajes para la “Jefa”: el guiño desesperado de quien quiere ser vista sin que parezca propaganda, Spoiler: sí parece, porque ES!.

La instrucción desde Palacio Nacional es clara, aunque no se grite en público: el próximo dedazo disfrazado de encuesta vendrá envuelto en papel de “popularidad”. No se trata de trayectoria, resultados o consistencia ideológica (esa palabra ya ni se menciona), sino de quién acumula más “likes”, más “vistas”, más “encuestas” manipuladas. De trabajo legislativo, ni hablar; eso no suma puntos en el algoritmo en ningún partido.

Podemos decir muchas cosas de la presidenta, pero si algo NO es, es ingenua. Sabe bien que no puede encabezar una estrategia tan vacía como esta pasarela de ambiciones disfrazada de consultas ciudadanas, ¿De verdad vamos a creer que la voluntad del pueblo cabe en una tabla de Excel con márgenes rojos? por favor.

El verdadero problema no es que quieran ser gobernadoras, el problema es que abandonan su responsabilidad actual sin haberla cumplido, usan recursos públicos para proyectarse y luego se presentan como “el cambio”. El único cambio evidente es el de cargo, porque en el Senado de la República, el progreso se mide en selfies, no en resultados.

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