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Opinologa
Internacional.- El fenómeno de “El Niño”, que afectó significativamente el clima global al calentar el Océano Pacífico oriental, se extinguió en mayo de 2024. Este evento climático, que duró aproximadamente un año, trajo consigo una serie de cambios atmosféricos y oceánicos que impactaron diversas regiones del mundo. La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) confirmó la finalización de este fenómeno al observar un retorno a las condiciones normales en el Pacífico, impulsado por el aumento de los vientos alisios del este.
En mayo de 2024, los vientos alisios se intensificaron, llevando las temperaturas de la superficie del mar y la altura del océano a niveles normales en el Pacífico oriental. El Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) estima que estas condiciones neutrales se mantendrán hasta agosto de 2024.
Los datos satelitales del Sentinel-6 Michael Freilich mostraron claramente las anomalías en la altura de la superficie del mar durante las fases de “El Niño” y la transición a condiciones neutrales. En diciembre de 2023, cerca del pico de “El Niño”, las áreas del océano presentaban alturas superiores a lo normal, indicadas por tonos rojos, mientras que en julio de 2024, estas anomalías disminuyeron, reflejando un retorno a la normalidad.
A pesar de la reciente normalización de las condiciones en el Pacífico, los meteorólogos prevén una alta probabilidad de la aparición del fenómeno de “La Niña” entre agosto y octubre de 2024. La NOAA indica que existe un 70% de probabilidades de que “La Niña” se establezca en ese período y persista durante el invierno del hemisferio norte. Sin embargo, los datos actuales muestran que la temperatura superficial del mar (TSM) en el Pacífico ecuatorial aún no ha descendido lo suficiente como para confirmar la llegada inminente del fenómeno. Las observaciones recientes señalan que algunas zonas del océano aún exhiben temperaturas ligeramente superiores al promedio, reminiscencias de “El Niño”.
La NOAA estima su establecimiento entre agosto y octubre, otras instituciones sugieren fechas posteriores. La Oficina Meteorológica de Australia prevé que “La Niña” podría manifestarse entre septiembre y noviembre, mientras que la agencia PAGASA de Filipinas considera probable su aparición entre octubre y diciembre. La variabilidad en estos pronósticos refleja la complejidad del sistema climático global y la dificultad de predecir con precisión los cambios atmosféricos y oceánicos.
Si “La Niña” se materializa, es probable que traiga consigo una serie de cambios climáticos significativos. Generalmente, “La Niña” se asocia con temperaturas más frías en el Pacífico ecuatorial, lo que puede influir en patrones de precipitación y temperatura a nivel global. En América del Norte, esto puede resultar en inviernos más fríos y húmedos en algunas regiones, mientras que en otras partes del mundo, como Australia y el sudeste asiático, se podrían experimentar condiciones más secas.
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