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Deslave deja a más de 2 mil personas bajo tierra

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Internacional.- En Papúa Nueva Guinea, las labores de rescate tras la devastadora avalancha que sepultó al remoto poblado de Yambali continúan, aunque las esperanzas de hallar sobrevivientes se desvanecen seis días después del desastre. La llegada de maquinaria pesada ha sido limitada debido a las condiciones inestables del terreno, lo que complica aún más las operaciones de rescate.

El viernes pasado, una enorme avalancha de rocas y lodo, de entre seis y ocho metros de altura, enterró a Yambali mientras sus habitantes dormían. Máté Bagossy, consejero humanitario de la ONU en Papúa Nueva Guinea, expresó su pesimismo sobre la posibilidad de encontrar sobrevivientes, dado el tiempo transcurrido desde el deslizamiento. “Es extremadamente improbable, sino imposible, que haya sobrevivientes; han pasado ya prácticamente siete días desde el deslizamiento”, declaró.

Los equipos de emergencia y voluntarios han estado trabajando incansablemente, cavando con palas y retirando piedras con las manos para recuperar los cuerpos. Aunque una excavadora ha llegado a la zona, su uso se ha restringido principalmente a limpiar la carretera que accede al área afectada debido a los peligros de utilizar maquinaria pesada en un terreno aún inestable. La compañía minera Barrick, que opera el yacimiento aurífero Porgera cercano, ha colaborado en esta tarea.

El acceso a la zona de desastre es extremadamente difícil debido al movimiento del terreno, lo que ha hecho que la vía terrestre se esté hundiendo, complicando aún más las labores de rescate y recuperación de cadáveres lideradas por la Fuerza de Defensa de Papúa Nueva Guinea. Serhan Aktoprak, director de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Papúa Nueva Guinea, advirtió sobre el riesgo de un segundo deslave y un posible brote infeccioso debido a los cuerpos en descomposición y los arroyos atrapados entre los escombros.

El impacto de la avalancha ha sido devastador. Según el Centro Nacional de Desastres de Papúa Nueva Guinea, más de 2,000 personas podrían haber quedado enterradas vivas, aunque la ONU y otras agencias humanitarias piden prudencia con estas cifras. Un comunicado de la ONU estimó la población afectada en 7,849 personas, de las cuales el 42% son menores de 16 años.

Las autoridades han establecido un plazo mínimo de 14 días para las labores de búsqueda, que se extenderán al menos hasta el 6 de junio. Después de esta fecha, se decidirá si continuar con las tareas de rescate o declarar a los desaparecidos como fallecidos por razones de salud pública.

El gobierno de Papúa Nueva Guinea ha solicitado oficialmente ayuda internacional. Un equipo australiano de respuesta a desastres llegó al país con expertos en análisis de riesgo geológico y drones para mapear la zona afectada. Además, se ha ofrecido apoyo logístico a largo plazo para despejar escombros y respaldar a los desplazados. La ayuda humanitaria ha comenzado a llegar, aunque se ha visto retrasada por el hundimiento de un puente y condiciones meteorológicas adversas.

El terreno en Yambali sigue siendo un desafío significativo, con residentes locales y equipos de rescate enfrentando riesgos continuos de deslizamientos adicionales. Mientras tanto, las autoridades y organizaciones internacionales continúan trabajando para proporcionar la asistencia necesaria a los afectados y recuperar los cuerpos de los fallecidos en esta trágica catástrofe.

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