Baja California.- La temporada vacacional de Semana Santa en Baja California se ve ensombrecida por los preocupantes niveles de contaminación en sus playas, según los informes de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). En un reciente monitoreo pre-vacacional, se encontró que la mayoría de las playas en Tijuana y la mitad de las playas en Rosarito no son aptas para uso recreativo debido a los altos niveles de contaminación.
En Tijuana, de las siete playas evaluadas, solo una resultó apta para los bañistas: la ubicada en la zona conocida como El Vigía. Las playas con los niveles más altos de contaminación, según los datos de Cofepris, incluyen a Playa Blanca, Baja Malibú y San Antonio del Mar, todas etiquetadas como no aptas para uso recreativo.
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En Rosarito, dos de las cuatro playas evaluadas también resultaron no aptas para el baño, lo que plantea serias preocupaciones para los residentes y los visitantes que esperan disfrutar del mar durante las vacaciones de Semana Santa.
La presidenta de la asociación civil “Hagamos Conciencia”, Marisol Montaño, expresó su preocupación por la situación, calificando de alarmante el nivel de contaminación en las playas de la región. Montaño advirtió sobre los riesgos para la salud que implica el contacto con aguas contaminadas, que pueden provocar problemas de piel, enfermedades gastrointestinales e incluso afectar al sistema respiratorio.
La falta de conciencia ambiental y las deficiencias en el tratamiento de aguas residuales son algunas de las causas identificadas de esta situación preocupante. Montaño destacó la necesidad de sanciones más severas para las industrias y empresas que contribuyen al vertido de aguas grises y negras en las playas, así como la importancia de realizar un mantenimiento adecuado de las plantas de tratamiento y el sistema de tuberías para evitar la contaminación del mar.
Además de los impactos en la salud pública, la contaminación de las playas también afecta la economía local, ya que las alertas de contaminación pueden disuadir a los turistas de visitar la región. Esto representa una pérdida significativa para aquellos que dependen del turismo para generar ingresos durante la temporada vacacional.
