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Baja California

El senderismo, un deporte para reconectar a tu ritmo

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Tijuana, Baja California.- Al igual que el 58% de la población mexicana no suelo hacer  ejercicio regularmente, de hecho mi último recuerdo de alguna vez intentarlo fue hace más de 12 años; por lo que levantarme de madrugada para salir de la ciudad y realizar esta crónica no era algo que necesariamente me emocionara.

Después de varios pretextos y conciliaciones conmigo misma me di por vencida y comencé a idealizarme que tal vez salir a la naturaleza de vez en cuando no me haría daño. El día comenzó a las 6:30 de la mañana y para mi sorpresa el sol ya había empezado a salir. Desempolvé mi único par de tenis para hacer ejercicio que tenía en un rincón de mi clóset y la ropa para ejercitarme que tuve que pedir prestada.

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Al llegar al Rancho Casián, un tanto adormilada, y reunirnos con el grupo con el que saldríamos, el guía Daniel Sánchez (guía certificado y con más de 45 años de experiencia), junto a su asistente, Carmen Aguilar, comenzó a repasar las recomendaciones para realizar senderismo como principiante, mismas que te presento por si te interesa llevar a cabo esta actividad:

  1. Llevar el calzado adecuado, que cubra los tobillos y con buen agarre.
  2. Ropa de manga larga y que la parte inferior que cubra toda la pierna, para evitar contacto directo con algún posible alérgeno.
  3. Hidratación previa para evitar la deshidratación en el camino.
  4. Gorra o algo para protegerse del sol.

Una vez explicada la dinámica, comenzamos a calentar. Caminaríamos cerca de 2 kilómetros y medio de ida, y la misma cantidad de regreso, por un sendero para principiantes, plano y aún en la civilización. Daniel nos informó que para cualquier duda estaría siempre a la disposición y se colocó al inicio del grupo, mientras Carmen al final para que nadie se quedara atrás y nos dejó en claro la importancia de salir y regresar en grupo, debido a que hay grupos que en ocasiones pueden dejar a los senderistas.

Iniciamos el trayecto en punto de las 7 am y pasamos por un puesto de venta de miel y quesos artesanales, actividad que, aseguró el guía, apoya también a los productores locales. 

A paso seguro comenzamos a adentrarnos al camino de tierra que nos conduciría entre las lomas del área se conoce como Cuero de venado, un destino turístico que gracias a su topografía y biodiversidad ofrece un viaje único  para aquellos que buscan una alternativa en la ciudad.

Conforme avanzábamos en el camino el trinar de las aves era más distintivo y el ruido de los carros quedaba atrás, los árboles nos ofrecían una sombra que iluminaba de una forma especial el sendero y se producía una escena perfecta para la meditación y despejarse del ajetreado día a día en la frontera más transitada del mundo.

Cuando menos nos dimos cuenta y sin ningún esfuerzo llegamos a nuestro primer destino, la Quinta Real, que marcaba los primeros 2 kilómetros del camino y tomamos un momento de descanso en donde tuvimos la oportunidad de convivir con los caballos de la propiedad, que para mi sorpresa estaban sueltos y se acercaron a nosotros sin temor.

Después de unos momentos continuamos el trayecto, ahora de regreso, no sin antes tener la oportunidad de subir 500 metros extras para iniciar el trayecto hacia un destino muy popular entre quienes practican este deporte en la ciudad, La Banquita. Fuimos pocos los que accedimos, para encontrarnos con un terreno mucho más estrecho e irregular que acentuaba la pesadez en las piernas.

Mientras nos adentrábamos en la colina, la naturaleza se abría paso en el sendero, reclamando su territorio, sin embargo al voltear mi cabeza para notar el avance, me encontré con una urbe desmedida que devoraba todo a su paso y que cada vez consume más la naturaleza del lugar. A simple vista se podía ver el Blvd. 2000 y los carros que circulaban por él, así como edificaciones en construcción. Fue imposible evitar pensar que en algún momento los campos verdes, con flora nativa de la región podrían desaparecer ante el paso voraz del ser humano.

En un mundo donde el ritmo de vida en la ciudad es cada vez más acelerado, es crucial valorar los esfuerzos como los de Daniel y Carmen, quienes nos recuerdan la importancia de reconectar con la naturaleza. Sus acciones no solo contribuyen a la conservación del medio ambiente, sino que también nos invitan a encontrar un equilibrio entre la vida sedentaria y la conexión con nuestro entorno natural. A través de estos espacios y experiencias, podemos apreciar la belleza del ecosistema, reforzando así nuestro vínculo con él.

Concluimos la experiencia sin inconvenientes y, para mi sorpresa, con una sensación gratificante. A diferencia del agotamiento en un gimnasio o durante una competencia, el senderismo resultó ser una actividad amable con el cuerpo, especialmente para alguien poco activo como yo. Ofreció la oportunidad de conectar con el entorno natural de una manera suave y accesible, lo que la convierte en una opción altamente recomendada para aquellos que no suelen hacer ejercicio regularmente. Estoy segura de que volveré a disfrutar de esta experiencia en el futuro.

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