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Seguridad

María Guadalupe sigue en busca de justicia cinco años después de la tragedia

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Foto: OpiniaMX

Tijuana, Baja California.- El subir a un avión significa para muchas personas la oportunidad de conocer lugares nuevos o visitar a familiares lejanos, pero lamentablemente esta situación se puede convertir en un calvario para otros, como fue el caso de María Guadalupe Ramírez, quien exige justicia tras la negligencia que vivió por parte de la aerolínea Volaris.

La trágica historia se remonta al 8 de junio de 2019, cuando realizó un viaje de Tijuana, Baja California a Guadalajara, Jalisco junto a su esposo José Francisco Ramírez Rodríguez, quien llevaba un concentrador de oxígeno para su supervivencia en todos los viajes que realizaba.

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María Guadalupe mencionó para Opinia que tomaron la decisión de realizar el viaje para visitar a su cuñada, ya que iba a celebrar su cumpleaños. “Mi esposo ocupaba oxígeno, él pasó todos los filtros de seguridad en el aeropuerto, no hubo ningún problema, pero el problema empezó ya en cabina… le dijeron que tenía que documentar el oxígeno, pero ellos le iban a proveer uno”, esto sin que los empleados les mostraran el oxígeno que le podrían otorgar.

Pese a estas indicaciones, Ramírez comentó que su esposo hizo viajes anteriormente con la misma aerolínea y en ninguno de esos traslados tuvo problemas en pasar con su propio oxígeno.

Después de las indicaciones de los trabajadores de la aerolínea, la pareja continuó en el viaje, pero a medio trayecto José Francisco empezó a sentirse mal y a convulsionar, tras este hecho “una estudiante a vuelo, de medicina, empezó a darle los primeros auxilios de RCP. Duró unos 30-45 minutos (realizándole las maniobras de RCP). No respondía, empezaron a darle los eléctricos. No respondió, tampoco respondió a la ayuda que le dieron”.

Aunque el vuelo tenía una situación extraordinaria, no se llevó a cabo ningún aterrizaje de emergencia, esto a pesar de los 6 aeropuertos entre Tijuana y Guadalajara. “Nunca se oyó que el piloto dijera que tenía que hacer una parada de emergencia”, comentó la hoy viuda. 

Expresó que el cuerpo de su esposo lo dejaron tirado en el pasillo durante todo el vuelo hasta llegar al destino. “No tuve apoyo de ellos (la aerolínea y sus trabajadores), no tuve nada”.

María Guadalupe comentó que los trabajadores que se encontraban en el vuelo se demoraron cerca de dos horas en otorgarle el oxígeno que su esposo necesitaba, pero para ese momento ya era muy tarde.

Una vez que el avión llegó a su destino tuvo que esperar a la llegada del Servicio Médico Forense (Semefo), esto sin que la aerolínea mantuviera comunicación con ella, situación que se ha mantenido desde el 2019 hasta la fecha.

Guadalupe comentó que lo que busca es justicia y que ésta situación por la que pasó no le suceda a nadie más. De igual manera, expresó que quiere que las aerolíneas “tuvieran más capacidad al atender este tipo de emergencias”.

Uno de los actuales abogados que acompaña el caso de María Guadalupe, Manuel Pérez-Freyre, miembro de Grupo Uno, comentó para Opinia que después de revisar el expediente se percataron de que la aerolínea había entorpecido el procedimiento., “con incidentes de nulidad en el plazamiento, excepciones de incompetencia… con tácticas dilatorias”, mencionó Pérez-Freyre.

Manuel dijo que al revisar el expediente identificó que uno de los abogados era conocido de su socio, motivo por el que tuvieron un acercamiento para intentar llegar a un acuerdo conciliatorio. 

“Tuvimos la reunión, fue una reunión en la que estuvieron varios abogados de Volaris, y la empresa, un tanto insensible, trató de echarle la culpa a la señora y al señor”, dijo Manuel Pérez. También indicó que los representantes de la aerolínea responsabilizaban del suceso a los señores por subirse al avión sin su concentrador de oxígeno, situación en la que se omite que los pasajeros tienen que seguir las instrucciones de los sobrecargos, ya que en caso contrario te pueden bajar del vuelo, motivo por el que la pareja acató y confió en las palabras de esa trabajadora.

Dentro de la investigación se descubrió que la jefa de cabina del vuelo solamente había dormido durante 30 minutos, “¿Qué nivel de alerta puede tener una persona que no ha descansado?”, cuestionó el abogado.

Pérez-Freyre recalcó que se llevó a cabo la investigación no por la verdadera emergencia (la muerte del señor Francisco Ramírez), sino porque al momento de llegar al aeropuerto de Guadalajara una sobrecargo activó el tobogán de emergencia. 

“Eso fue lo que se investigó. Evidentemente si pasó eso es porque su nivel de alerta (de la jefa de cabina) estaba dañadisimo desde que inició el vuelo hasta que concluyó”, señaló el abogado.

Otra de las incompetencias que resaltó Pérez fue la falta de capacitación de las azafatas, quienes no pudieron descifrar si el concentrador de oxígeno que llevaba Francisco Ramírez estaba avalado por la aerolínea, el cual sí lo está, ya que el modelo que transportaba el señor (Inogen One G3) se encuentra en la página web de Volaris como uno de los concentradores portátiles de oxígeno que están permitidos para que el pasajero los lleve durante el vuelo.

A pesar de que no pudieron comprobar esta situación los trabajadores, en las indicaciones del aparato viene escrito “Authorized by FAA for use onboard aircraft”, traducido como “Autorizado por la FAA (Administración Federal de Aviación) para su uso a bordo de aeronaves”.

“Viene en inglés, si no sabía inglés (la trabajadora), Google te lo traduce en dos minutos. Y lo que es más importante está autorizado por la Federación Americana de Aviación, por la Norma Oficial Mexicana y en la propia página de Volaris aparece cuáles son los concentradores de oxígeno permitidos y éste modelo estaba permitido”, puntualizó Manuel Pérez.

En cuanto a lo que se busca obtener de este caso, Freyre declaró que se busca justicia y que quede un precedente “para que esto nunca más vuelva a ocurrir, no solamente en Volaris, sino en toda la aviación mexicana, que no se le permita a una sobrecargo que ha dormido 30 minutos estar a cargo de una tripulación, que cuando haya una emergencia el piloto no dude en hacer un aterrizaje de emergencia y sobretodo más cuando no hay un médico a bordo”.

Manuel también dijo que algunos de los empleados que estuvieron el día del vuelo ya no trabajan en la aerolínea y que uno de los tripulantes “creo que al día de hoy no ha vuelto a volar, no tenemos los datos seguros. Pero independientemente de la sanción o no, es una negligencia de la compañía, tratar de echarle la culpa a alguien que no fue capacitado, eso no es culpa de la persona, es culpa de su patrón (Volaris)”.

De momento se continuarán con las acciones legales en el caso, esto después de que la instancia conciliatoria se agotó, por lo que ahora se busca una reparación integral del daño. En el tema penal, el abogado detalló que es un homicidio imprudencial. “Mi objetivo no es que una persona esté en la cárcel, el mensaje es tú empresa, tu debes tomar todas las medidas de control para que esto no vuelva a ocurrir”, recalcó Pérez-Freyre.

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